Subgénero: Erótico Contemporáneo
Antología: Historias de Pasión
Año de publicación: 2013
Amazon Digital Services
Formato: Kindle
Tamaño del archivo: 407 KB
Longitud de impresión: 14 páginas
ASIN: B00H7OL6Q4
Smashwords (Barnes & Noble, iTunes, Sony Reader, Kobo, Diesel, Paypal)
Formato: Kindle, Epub, PDF, LRF, Palm Doc.
Palabras: 4680
ISBN: 9781311220691
Sinopsis: Para Danna esta no será una buena Navidad. En vez de disfrutar de las festividades, deberá estar trabajando gracias al insensible y autoritario de su jefe. Entonces, en plena Nochebuena, él se aparece con la cena y regalos para ella. Debe ser un sueño: su jefe jamás haría algo así… ¿o sí?
—Gracias —dijo ella sin quitar sus ojos de los de él—. Pero yo no tengo un regalo…
—No importa… —dijo él acercándose más a ella.
—Aunque quizás tenga uno… —dijo ella atrevida poniéndose justo frente a él. Si era su sueño, ella podía hacer cualquier cosa que quisiera, hasta besarlo.
Enseguida pasó sus manos sobre los hombros de él. Luego se empinó un poco y depositó un suave beso sobre sus labios.
De repente, Danna sintió cómo él la tomaba por el talle y la apretaba contra su cuerpo fuerte, que olía a loción cara y muy masculina. Me gustó sentir esas manos grandes y calientes recorriendo su espalda y su cintura mientras la boca ávida comenzaba a devorar la suya.
Los labios de Danna se abrieron para recibir la lengua húmeda y cálida de ese hombre. La besaba de manera profunda, introduciendo su lengua dentro de la boca de ella para acariciar cada milímetro de su interior. Después, con sus dientes, comenzó a mordisquear los labios femeninos para luego volver a asaltar el interior con nuevos embates de su lengua.
Danna jamás había sido besada con tanta vehemencia: era increíble que su cerebro pudiera inventar algo así para ella, pues era la sensación más erótica y maravillosa que hubiera podido vivir. Sentir ese cuerpo masculino tan pegado al de ella, esos brazos fuertes sosteniéndola contra sí, y esa boca dándole el más delicioso placer, calentando su sangre, haciendo humedecer sus entrañas, era algo que sólo podía pasar en un sueño tan grandioso como ese.
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